Emprender significa «empezar algo», normalmente un proyecto, un negocio o una actividad, que requiere dedicación y esfuerzo. En la vida personal, se emprende de muchas maneras. Por ejemplo, al tomar un curso o taller para obtener nuevos conocimientos, se comienza un viaje de descubrimiento que requiere tiempo, esfuerzo y disciplina. Del mismo modo, se vive al tomar la gran decisión de contraer matrimonio, otro tipo de proyecto motivado por un sueño o anhelo.
En la vida profesional, cuando se tiene un rol dentro de una empresa, se busca mejorar los resultados de los procesos a cargo. Los buenos profesionales hacen esto, mientras que otros se conforman con realizar las tareas tal cual se les indican, independientemente del resultado.
El común denominador en cualquiera de estos roles (personal, laboral, profesional o de negocios), si se quiere ser considerado emprendedor, es pensar y actuar. Pensar es el inicio de todo viaje, imaginar uniendo la mente con el corazón, lo que se denomina ser «sentipensante». Esta es la mejor manera de identificar lo que realmente mueve, apasiona y genera alegría. Sin embargo, pensar sin actuar convierte a las personas en simples soñadores. No importa cuánto tiempo se dedique a pensar e imaginar el futuro, la acción es la única opción para hacerlo realidad.
En otro blog se habló sobre cómo tener una mentalidad emprendedora (https://beeworkingcr.com/5-consejos-para-tener-una-mentalidad-emprendedora/). En este blog se aborda cómo tener una actitud emprendedora que conduzca a la acción.
Cuando se tiene una idea que ha pasado por el «percolador sentipensante», todo se resume en HAZLO. Esto aplica para cualquier actividad que se quiera realizar en la vida: simplemente HAZLO. No hay recetas mágicas; la acción es la madre del descubrimiento.
No obstante, hay consejos que pueden ayudar a mitigar el miedo de actuar:
- Empieza en pequeño: Una gran idea puede llevarse a la realidad mediante un piloto, o un «producto mínimo viable», que requiera poca inversión y menor riesgo. Esto permitirá aprender y ajustar lo necesario para alcanzar el éxito.
- Define un modelo de negocio: Diseñar y analizar los procesos críticos, identificar a los clientes, determinar cómo llegarles con la información, identificar a los proveedores clave, conocer a la competencia, definir la oferta de valor y cómo se generarán beneficios. Esto ayuda a tener claro qué se debe hacer.
- Consigue un mentor: Busca a una persona o personas con experiencia con las que se pueda hablar de los planes y los resultados obtenidos del piloto, y que puedan apoyar en encontrar nuevas formas de hacer las cosas.
Estos tres consejos aplican para cualquier proyecto que se desee llevar a cabo en la vida; solo se necesita un poco de imaginación para adaptarlos a cada situación.
En conclusión, se emprende porque se necesita moverse de donde se está, se necesita alcanzar una meta o sueño. En ese intervalo hay un camino que recorrer, y cuanto más rápido se comience, más rápido se alcanzará. Porque siempre, se emprende en defensa propia.
